Obispo de Copiapó celebró su quinto aniversario de ordenación episcopal
Palabras de profundo agradecimiento manifestó Mons. Ricardo Morales, al celebrar su quinto aniversario de ordenación episcopal, en la catedral de Copiapó, este viernes 12 de septiembre al mediodía.
La misa comenzó con una breve biografía de don Ricardo, señalando que nació en 1972, ingresó a la Orden de la Merced en 1997 y fue ordenado sacerdote en 2006 en la Basílica de la Merced. En junio de 2018, el papa Francisco lo nombra Administrador Apostólico de la Arquidiócesis de Puerto Montt, cargo que desempeñó hasta febrero de 2020. El 20 de junio de 2020, el mismo Papa Francisco lo nombró Obispo de Copiapó, siendo ordenado y tomando posesión de la diócesis el 12 de septiembre de 2020 en una misa a puertas cerradas y sin gente, debido a las restricciones de la pandemia.
Obispo agradece a la comunidad
En su homilía, el obispo partió manifestando su gratitud al Señor y a la comunidad reunida, porque “nos hemos podido encontrar en una misma vocación bautismal” y resaltó que “me han sostenido de muchas maneras”. “Gracias- reiteró- porque hemos podido caminar juntos el camino de la fe, de la alegría, de la esperanza”. Mostró su alegría por estar en una diócesis comprometida y participativa, “que prende con agua”, dijo, y agregó que se siente contento “porque el Señor me renueva su fidelidad a pesar de mis infidelidades; puedo dar testimonio que la fortaleza viene de Dios”.
“En estos años he recibido afecto, cercanía, colaboración -continuó don Ricardo-; sacerdotes, diáconos, laicos comprometidos, que me admiran por su entrega generosa, que están siempre ahí, para compartir las alegrías, y también las penas”. Con sentidas palabras el obispo dijo que “nuestra alegría es el Señor; esa certeza me ha llenado de gozo, cuando veo le fe sencilla del pueblo, la entrega solidaria de los pobres, la oración perseverante de las comunidades”.
“Reafirmo mi deseo de ser servidor”
Expresó su deseo de ser la Iglesia que Jesucristo quiere, y señaló que estos cinco años han sido de gracia, de desafíos y aprendizajes. Dijo que “se es obispo con el pueblo y para el pueblo” y que en estos años “he visto cómo la Palabra de Dios sigue fecundando la tierra, y he reafirmado mi deseo de ser servidor; el Señor me llama a renovar mi compromiso con Dios y con ustedes. Quiero seguir aprendiendo a caminar junto con ustedes, aprendiendo la historia de esta Iglesia que tan bellamente afirma los corazones de sus hijos”.
En el ofertorio, dos religiosas, la Hna. Claudia Muñoz de la Congregación Esclavas del Sagrado Corazón de Jesús, y la Hna. Katherine Segovia, de la Misión Gran Río, llevaron el pan y el vino.
La misa culminó con el p. Guido Castagna tomando la palabra, vicario pastoral, para agradecer al Señor el ministerio de don Ricardo, “por ser pastor y hermano” y le expresó su disponibilidad y cariño.
Después de la misa hubo una convivencia en el patio del Obispado, donde las personas pudieron saludar a don Ricardo por su aniversario episcopal, y manifestarle su cariño
también por su cumpleaños, que fue el día anterior, 11 de septiembre.
