Obispo de Copiapó celebra misa en el 22 aniversario de la Pascua de don Fernando Ariztía
Con una misa en la Catedral este martes 25 de noviembre al mediodía, la diócesis celebró la memoria del recordado obispo emérito Fernando Ariztía, al cumplirse 22 de su fallecimiento. La celebración fue presidida por Mons. Ricardo Morales, acompañado de sacerdotes de la diócesis.
En su homilía, don Ricardo destacó la figura de don Fernando, destacando su gran humanidad, su compasión y su defensa de la justicia. “Si el evangelio no se hace carne no resulta creíble; el evangelio nos recuerda que Cristo hizo su morada entre nosotros” dijo el obispo, y agregó que la fe nunca es aséptica, sino que debe ser comprometida “con el hoy de nuestra historia”.
Continuó su mensaje diciendo: “Que, como el obispo Ariztía, sepamos reconocer a Cristo en el rostro herido de nuestro pueblo, en el migrante, en el que no cuenta, en el que sufre, en el que llora por justicia, en el que está esperando en la lista de espera del hospital, en el anciano abandonado”, porque “reconociendo a Cristo podremos sostener nuestra esperanza en él, que permanece siempre”.
La misa terminó con un momento de oración en la capilla del Santísimo, donde se encuentra la cripta en la que descansan los restos de don Fernando. En ese lugar, el obispo, los sacerdotes y las personas que participaron de la misa rezaron por su eterno descanso.
Don Fernando Ariztía fue obispo de la diócesis de Copiapó desde 1975 hasta 2001, año en que es aceptada su renuncia por razones de edad, y se traslada a Osorno para ser párroco en la parroquia Jesús Obrero. Cuando se le declara su enfermedad en el 2003, por invitación del obispo de ese entonces, Mons. Gaspar Quintana, decide volver a Copiapó a vivir su última etapa en la diócesis y así despedirse de su gente. Finalmente, don Fernando volvió al encuentro del Señor la noche del martes 25 de noviembre de 2003, en la casa episcopal, a un costado de la Catedral.

