Cientos de fieles acompañaron la procesión que se inició a las 10 de la mañana, participando en la Eucaristía de mediodía, presidida por el obispo, Mons. Ricardo Morales Galindo, quien invitó a vivir una fe humilde y confiada siguiendo el ejemplo de María.
Este domingo 5 de octubre, la comunidad diocesana de Copiapó celebró con profunda devoción y alegría la fiesta de su patrona, Nuestra Señora del Rosario. Desde temprano, los fieles se reunieron en torno a la imagen de la Virgen para participar en la tradicional procesión por las calles del centro de la ciudad. Con cantos, oraciones y el acompañamiento de los bailes religiosos, la ciudad se llenó de fe y color, testimoniando el amor del pueblo atacameño a la Madre de Dios.
La procesión concluyó en la Catedral, donde se celebró la Eucaristía solemne presidida por el obispo diocesano, Mons. Ricardo Morales Galindo. En su homilía, el pastor recordó que la fe auténtica se demuestra en la confianza y el camino compartido, señalando:
“La fe no es una idea que se encierra en la cabeza, sino una confianza que se pone en camino. María lo entendió desde el principio: creyó y caminó detrás de su Hijo, sosteniéndose en la fe incluso junto a la cruz.”
Durante la misa, se destacó la participación de los bailes religiosos, quienes con sus danzas ofrecieron su oración a la Virgen. La celebración estuvo marcada por un profundo clima de oración, gratitud y esperanza, reflejando la identidad mariana de la diócesis.
Finalizada la Eucaristía, la comunidad se reunió en los patios de la Catedral para compartir un momento fraterno junto al obispo. Entre cantos, alegría y un gran pastel, los fieles expresaron su gratitud por una nueva jornada de fe vivida en comunidad, bajo la mirada amorosa de la Virgen del Rosario.