Obispo presidió la misa y la procesión, que comenzó en la plaza de Armas de la ciudad
Cientos de fieles acompañaron la apertura del Jubileo Peregrinos de la Esperanza, este domingo 29 de diciembre, en Copiapó. La celebración comenzó en la plaza de Armas de la ciudad, junto al pesebre instalado en el lugar. En la plaza, el obispo, Monseñor Ricardo Morales, realizó el rito de apertura, en comunión con toda la Iglesia universal, con la lectura del evangelio y un extracto de la Bula con la que el Papa Francisco convocó a este Jubileo. Lo acompañaron los sacerdotes p. Willy Mauricio Andrade, p. Guido Castagna, p. Nelson Barrientos y p. Mario Vignola.
Luego, el obispo, los sacerdotes y la comunidad peregrinaron hasta la Catedral, en cuyas puertas el obispo hizo oración. Una vez en el altar, el obispo tomó agua bendita y recorrió el templo asperjando a los cientos de familias presentes.
En su homilía, el obispo comenzó diciendo que “todo el mundo católico está abriendo en todas las catedrales del mundo el Año Santo de la Esperanza”, agregando que “a veces la esperanza decae porque vemos el mal, la violencia, la guerra, muerte, delincuencia, droga”, sin embargo, dijo, “el papa nos anima en esta esperanza, que no es esperar que el futuro sea como yo quiero. La esperanza cristiana es saber que lo que yo vivo, con luces y sombras, tiene sentido, por eso la esperanza es como un ancla, de las que usan los barcos para permanecer firmes. Nuestra ancla está lanzada al futuro que Cristo nos promete: que vence al pecado, al mal, a la muerte”.
En el día en que se celebra a la Sagrada Familia, el obispo destacó que “para todos nosotros la familia es signo de esperanza. Quizá tenemos problemas en nuestra vida familiar, pero todos estamos hoy aquí porque alguien nos cuidó; esa experiencia de amor y de tiempo que se nos dedica nos llena de alegría y gratitud”.
Terminó deseando que “este jubileo sea tiempo de reconciliarnos con Dios y los hermanos, de reconocer que el Señor es grande en misericordia y amor; que nuestra esperanza nos anime en medio de las tristezas”.
En el ofertorio se presentó al altar el logo del Jubileo y la figura de un ancla, junto al pan y al vino.
Al final de la misa el obispo invitó a visitar los templos jubilares de la diócesis, que son El Espíritu Santo, en Diego de Almagro; la parroquia San Ambrosio en Vallenar; y en Copiapó, la Catedral y el Santuario de Nuestra Señora de La Candelaria. Explicó también cómo obtener la indulgencia plenaria y agradeció a las comunidades religiosas y parroquiales que repletaron el templo catedral para iniciar juntos este Año Jubilar.