Cientos de personas se reunieron en el Santuario de Nuestra Señora de La Candelaria, para esperar la llegada del cuerpo de Monseñor Gaspar Quintana, obispo emérito de Copiapó, fallecido el sábado 27 de diciembre en Santiago, a la edad de 89 años. Venía acompañado de su hermano Pablo, su cuñada, Olga, y su sobrino Felipe.
La comitiva fúnebre llegó desde Santiago a Copiapó alrededor de las 20.30 horas, directamente al Santuario de La Candelaria, donde lo esperaba gran cantidad de fieles para celebrar el responso, presidido por el obispo de Copiapó, Mons. Ricardo Morales.
Fue la ocasión para expresar la gratitud al Señor por el servicio pastoral de don Gaspar, orar por su eterno descanso. Don Ricardo hizo alusión al evangelio de la Presentación del niño Jesús en el templo, señalando que la Virgen y San José cumplieron lo que cada bautizado debe hacer: llevar a Dios, mostrar a Dios, llamando a ser puerta, camino para que todos puedan conocer al Señor. “Qué duda cabe que don Gaspar fue ese puente” dijo el obispo, “camino para que llegáramos a Dios, con una devoción mariana acendrada en su corazón desde su más tierna infancia”, mencionando que creció junto a la Basílica de los padres Claretianos. Destacó su fe, aterrizada en su amor a la piedad popular y su vínculo con el Santuario de La Candelaria. “Qué hermosa oportunidad de despedirlo aquí”. Destacó que don Gaspar compuso el himno y la oración a La Candelaria, acentuando que “nos mostró a la Virgen para que por medio de Ella lleguemos a su Hijo”.
Luego de este responso, los restos de don Gaspar fueron trasladados hasta la Catedral, donde permanecerán hasta el mediodía de este lunes 29, para la celebración de la Misa de Exequias.
