Más de 300 jóvenes vivieron jornada de esperanza, fe y alegría
Una verdadera fiesta se vivió el sábado pasado, 22 de noviembre, en el Encuentro Juvenil diocesano 2025 organizado por la Pastoral Juvenil de la diócesis de Copiapó, y realizado en la ciudad de Vallenar.
Desde las 9 de la mañana comenzaron a llegar los jóvenes desde los distintos puntos de la diócesis, hasta el Liceo San Francisco, donde transcurrieron las actividades de la mañana. Más de 300 jóvenes se congregaron, además de los adultos que acompañaban, completando alrededor de 370 personas, siendo recibidos con desayuno, inscripción, bienvenida y cariño.
A media mañana tuvo lugar el momento de oración y Adoración al Santísimo, junto al Padre Jota, como se le conoce en redes sociales al sacerdote José Pablo Valencia, quien viajó desde su diócesis de Valparaíso. También participó del encuentro Fray Ronald Villalobos, custodio de la reliquia de Carlo Acutis. Precisamente esta reliquia, junto a la imagen de Nuestra Señora de La Candelaria, acompañaron al Santísimo durante el momento de Adoración, en el patio del Liceo. Fue un prolongado y emotivo momento para los jóvenes.
Rutas de esperanza
Cinco rutas se prepararon para que los jóvenes, agrupados por colores, pudieran participar de forma rotativa. Una de ellas era la ruta de la oración, en la capilla del Santísimo, con la reliquia de Acutis, momento en que Fray Ronald les daba a conocer más acerca de este santo milennial, tan joven y devoto de la eucaristía.
Otra ruta fue la del perdón, ubicada en un patio, era el lugar para que los jóvenes pudieran acceder al sacramento de la reconciliación.
También se implementó la ruta de las vocaciones, a cargo de la H. Claudia Muñoz, con quien los jóvenes pudieron hablar sobre discernimiento y opciones de vida.
La ruta de la justicia social estuvo a cargo del p. Franklin González, quien compartió con las chicas y chicos la figura de don Fernando Ariztía, su trascendencia para la Iglesia, la región y el país. Cabe señalar que durante la jornada hubo una exposición de fotos de don Fernando, con momentos significativos de su episcopado.
Otra fue la ruta de los influencers, a cargo del equipo de redes de la pastoral juvenil con el apoyo del padre jota. Allí cada grupo pudo participar de trivias digitales y ser parte de las transmisiones del encuentro.
Un espacio implementado en la calle, afuera del Liceo, estuvo dedicado a las congregaciones religiosas presentes en la diócesis, cada una con un stand. Allí las religiosas dieron a conocer sus carismas y obras, interactuando con los chicos de forma fraterna y relajada.
Es importante destacar el equipo que tuvo a su cargo la preparación del desayuno, que fue la comunidad de la parroquia San Ambrosio, y del almuerzo, que fue la pastoral social del valle sur. Fue un gran esfuerzo, hecho con enorme cariño para que todo se desarrollara de forma expedita y acogedora. Asimismo, el rol de los coordinadores de parroquias, liceos y movimientos, que aportaron para el buen desarrollo de este encuentro.
Peregrinación y Misa juvenil
Tras el almuerzo, por la tarde los jóvenes participaron de una peregrinación jubilar desde el Liceo hasta la parroquia San Ambrosio, con dos hitos de oración: oraron en una villa donde viven principalmente personas mayores, y luego se detuvieron frente a la cárcel para orar por las personas privadas de libertad, en un bello altar confeccionado por la pastoral carcelaria.
La peregrinación culminó en la parroquia San Ambrosio, uno de los templos jubilares de la diócesis. Allí la juventud reunida participó con entusiasmo de la eucaristía, presidida por el p. Mark Mallia Pawley, párroco de Chañaral e integrante del equipo diocesano de pastoral juvenil. Estuvieron también el párroco, p. Mario Campillay, el vicario del valle sur, p. Mauricio Arancibia, y los diáconos Hermán Adaos y Emilio Oivares. En el ofertorio, junto al pan y al vino, se entregó un módulo que era un rompecabezas con el signo del Jubileo, y unas cruces con la imagen de la Cruz Jubilar, ambas obras confeccionadas por jóvenes privados de libertad.
Después de la misa el encuentro se trasladó a la Plaza de Armas de Vallenar, para vivir la fiesta juvenil de cierre, con música, cantos y baile, animada por una banda del Liceo Santa Marta y con la música y la alegría del padre Jota.
Con esto, los jóvenes comenzaron el regreso a sus lugares de origen, con la gratitud de haber vivido un día de encuentro con el Señor, vivido en fraternidad, con la energía y la ternura propias de la juventud.

