Obispo de Copiapó en la fiesta de San Pedro en Huasco
Una soleada mañana de domingo en el hermoso puerto de Huasco recibió la última jornada de la fiesta dedicada al Patrono de la parroquia, San Pedro, este domingo 6 de julio.
La misa comenzó a las 10 de la mañana, presidida por el obispo, Monseñor Ricardo Morales, junto al párroco, p. Enrique Sarneguet, el p. Aquiles Altamirano y los diáconos Juan Badilla, Emilio Olivares, y desde Andacollo, el diácono Gustavo Castillo. La misa se celebró en el frontis del templo parroquial, que lucía su tradicional mural renovado, trabajo de la familia Triviño, en las escaleras del atrio.
Representantes de los 15 bailes religiosos presentes fueron los encargados de entronizar la Palabra. En su homilía, el obispo recordó la imagen de Pedro en el mar de Galilea pescando toda la noche sin resultados, Jesús lo invita a echar las redes de nuevo, y aunque Pedro duda, igual obedece, y así sus redes se llenaron. “En nuestras noches de duda, en los momentos en que sentimos que la vida no da frutos, no se cumplen nuestras metas, Jesús nos invita, como a Pedro, a confiar de nuevo; el Señor siempre puede sorprendernos cuando creemos que todo parece perdido”.
El obispo también dijo que “El Señor nos invita a no rendirnos, a esperar en el Señor que siempre sabrá sacar adelante nuestros proyectos”. Agregó que Pedro fue testigo de la misericordia porque recibió de Cristo el perdón, y junto con el perdón, una misión. “El amor de Cristo siempre nos da otra oportunidad, y nos invita a la misión. A cuidar, a consolar, a enseñar a los hijos la fe que nos legaron nuestros mayores, a promover la unidad y la verdad, a construir un pueblo más fraterno”.
En el ofertorio se presentaron redes de pesca, frutos de la generosa tierra del valle del Huasco, unos recuerdos elaborados por Elcira Cisternas, integrante del baile Gitano San Pedro, además del pan y el vino.
Tras la misa los bailes se presentaron ante la imagen de San Pedro en la plaza frente a la parroquia. Luego, por la tarde, se inició la peregrinación hasta el muelle, para la procesión por el mar. El obispo, el p. Enrique y los diáconos se subieron al bote “Sin Rumbo II” con la imagen del Santo para recorrer la bahía y bendecir a las personas y las embarcaciones.
Una vez finalizada esta procesión por el mar, la imagen fue trasladada hasta la parroquia escoltada por los bailes religiosos, además del obispo, el párroco y los diáconos. Fueron cientos de familias que acompañaron esta jornada desde temprano, así como cada día de esta fiesta que comenzó el 26 de junio, bajo el lema “Con Pedro somos peregrinos de esperanza”.