Parroquia San Ambrosio se repletó de fieles en una Eucaristía cargada de gratitud y emoción
En el día en que la Iglesia celebra la festividad de San José Obrero, la comunidad parroquial de San Ambrosio vivió una jornada profundamente emotiva con la celebración de los 25 años de sacerdocio del padre Mario Campillay, actual párroco de dicha parroquia.
La solemne Eucaristía fue presidida p
or el padre Mario, acompañado por el obispo de Copiapó, monseñor Ricardo Morales, y el obispo auxiliar de La Serena, monseñor Enrique Balzán. También participaron numerosos sacerdotes de la diócesis, diáconos permanentes y una gran cantidad de fieles que repletaron el templo parroquial en un ambiente de oración, alegría y agradecimiento.
La celebración estuvo marcada por una fuerte participación de la comunidad, que no solo se hizo presente con su asistencia masiva, sino también con gestos de cariño y reconocimiento hacia el sacerdote homenajeado. En su homilía, el padre Mario compartió con emoción el camino recorrido desde sus primeros pasos vocacionales, evocando con gratitud cómo el Señor lo fue guiando y sosteniendo en su vida ministerial. “Ha sido Dios quien me ha regalado la perseverancia”, expresó con sencillez y profundidad. No dejó de agradecer a quienes lo han acompañado a lo largo de estos años, haciendo una mención especial a su familia, y particularmente a su madre, figura fundamental en su crecimiento humano, cristiano y vocacional.
Uno de los momentos más significativos de la jornada fue la entrega de una condecoración oficial del Senado de la República, otorgada por la senadora Yasna Provoste como reconocimiento a la trayectoria, entrega y servicio sacerdotal del padre Campillay en favor de las comunidades del valle del Huasco. Este gesto fue recibido con aplausos y emoción por parte de los presentes, quienes reconocieron en él a un pastor cercano, disponible y profundamente comprometido con su pueblo.
Al término de la celebración se compartió un momento fraterno entre los asistentes, que quisieron expresar personalmente su cariño y gratitud al padre Mario en este aniversario tan significativo.
La comunidad de San Ambrosio y toda la Iglesia diocesana se unieron en acción de gracias por estos 25 años de fidelidad al Evangelio y al servicio del Pueblo de Dios, pidiendo al Señor que siga bendiciendo la vida y el ministerio del padre Mario con abundantes frutos.