Cientos de peregrinos celebraron con gozo y alegría, una vez más, la novena y fiesta de la Cruz de Mayo. Estas celebraciones comenzaron en la última semana de abril y culminaron el pasado domingo 5 de mayo.
En los días de la novena, se celebró la eucaristía por diversas realidades, como los bailes religiosos, los jóvenes, los niños, las personas con capacidades distintas, los más pobres, los ancianos, entre otros. Un momento bien sensible fue la misa celebrada en lenguaje de señas, que fue coordinada por la Escuela República de los Estados Unidos.
En el día final, se celebró una misa de los bailes religiosos, la cual fue presidida por el Obispo, don Ricardo Morales. El prelado señaló en su homilía la urgencia que los bailes religiosos se mantengan unidos en torno a la persona de Jesús. Por otra parte, destacó la belleza de la fiesta. Asimismo, valoró el aporte misionero que ellos representan.
Posteriormente, en la tarde se celebró la misa solemne en el frontis de la Parroquia. La cual tuvo una destacada asistencia de feligreses, que superaron las 2500 personas. Y se culminó, con la procesión solemne por las calles de sector dónde se emplaza esta tradicional fiesta religiosa de la capital del Valle Huasco. La devoción a la Santa Cruz tiene raíces en el Chile colonial; tras un proceso de evangelización de los primeros misioneros católicos llegados al entonces “Paitanás”. Ese era el nombre original de la actual ciudad de Vallenar.
El párroco del sector relevó el lema de este año “Vengan a mí, los que están cansados y agobiados, porque yo los aliviaré”.
“Esto es una luz de esperanza frente al camino de la Cruz que vive muchos hermanos en Chile, producto de diversas problemáticas actuales. Siempre encontrarse con Jesús es Consuelo y descanso, para luego retomar el camino de él. Es urgente caminar juntos en el consuelo, siendo iglesia en salida como señaló el Papa Francisco en Evangelii Gaudium, puntualizó el sacerdote Mauricio Arancibia Portilla.